Atardece,
cielo, calma, mar.
Allí están las palmeras como cada vez que soy feliz.
Habemos gentes de límites indefinidos que viajando exploramos esos límites, nos contentamos al verlos claramente aparecer de nuestras entrañas.
Pasa un gato mallorquí negro por la puerta de la casa.
Voy a preparar un wok de pollo, cerdo y verduras al vino para unos queridos amigos, voy a tomar algunas cervezas antes de comenzar con el vino blanco fresco, voy a tener presente el retorno a mi casa, a mi moto, a mi perro, mi trabajo y mi cuenta regresiva.
Palma de Mallorca, 9 de junio de 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario