Temprano, sobre la mesa
están el dulce y la manteca,
el té a medio tomar,
un libro de Zimmermman,
las serranitas de agua.
Ella siempre compraba dulce,
le gustaban los dulces
y no creía que a mi no.
Temprano,
la veia desayunar mas o menos lo mismo que yo,
pero con dulce.
Yo sabía que me iba a ofrecer.
Y me ofrecía.
no vieja, no me gustan los dulces.
Temprano, sobre la mesa
están el dulce y la manteca,
el té a medio tomar.
(©2002, Lo mejor ahora son esas suaves playas entre las palabras)
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