Pienso escribir hasta tener llagas en las manos, escuchando fado esta tarde de sábado agradezco. Ayer Gustavo me llamo para hacer un asado a mediodía, un viernes a mediodía, ¿porque no? Badía se murió un jueves por la noche porque nosotros no podemos hacer un asado el viernes a mediodía.....
Salió perfecto, también estaba El Panza y Charly vía Skype, ultimando detalles de las próximas vacaciones.
Un hada me dijo tierno y sensible, hada boxeadora, con la guardia alta y las pecas pendientes. No me quedo esperando un minuto más fue lo que pensé esta mañana, el toro por las astas, la sartén por el mango. Tierno y sensible, yo me agarro de esas cosas, yo me agarro, no dejo pasar una, que la dejen pasar los que tienen tiempo, yo no tengo tiempo. No quiero tener tiempo. El tiempo se tiene a si mismo, yo quiero tener vida, emociones temblor, sensaciones, miedos, exitaciones como rayos, que el tiempo y las apariencias vengan por detrás.
¿Que hacemos que no nos reimos más, que no reclamamos amor, que no denunciamos la frivolidad, que no nos miramos buscando enamorarnos, que no gozamos a diario? La culpa es nuestra, de los que no decimos, de los que le hacemos el caldo gordo a los cagones, a los que se mueven por tierra firme y certificada, a los que corren contra el tiempo e hipotecan su felicidad a treinta años.
Por eso desde hace poco y para siempre, los jueves son de milanesa, siempre fue así y no lo vi, siempre es de ahora en mas. Hago milanesas de bondiola, de nalga, de cuadril, de mondongo, de pollo, maryland, hago milanesa sola. Están todos invitados, cada uno a su debido momento. Cocino, tomamos un aperitivo, en la barra se sueña y en la mesa se cena y se ríe. Invito por antojo y a destajo, invito amigos, gente que quiero y gente que quiero querer. Se puede leer, la biblioteca esta a mano y la música es obligada. Con las milanesas de bondiola del jueves pasado nos acompaño a la perfección Ludovico Einaudi. El invitado tiene la virtud de poner la música adecuada, de traernos un disco entre discos nuevamente al centro de la escena.
Todos nos iremos tarde o temprano, un jueves o un lunes por la mañana después de desayunar. Hoy es sábado y como dije, agradezco. Agradezco los jueves, las milanesas, las sirenas y los vinos. Agradezco las visitas y los convites, agradezco y salgo al ruedo.
No seamos ilusos.
Se aceptan ilusiones, solo de contado.
Estimado Mariano los laberintos de internet me llevaron a su página y su escritos me inspiraron para hacerle una oda a la querida Milanesa en un formato mas cercano al hule que al mantel e inspirado en el recordado poeta popular Héctor Gagliardi. Un abrazo.
ResponderEliminarODA A LA MILANESA
Existe algún argentino
qué bien se tenga por cual,
que no disfrute por un casual
tu dorada presencia en la mesa?
Que no reconozca tu aroma
a cien metros de distancia
y que no muerda con ansia
tu crocante carne rebozada?
Ya no brilla tu piel dorada,
ni tus bordes se ven tostados.
Casi te tengo olvidada
cuando crujías en aceite,
hoy te cocinan a oscuras
en un horno encerrada.
Sos de todas las comidas
la más presente en el menú,
ya sos mas argentina
que el puchero con caracú.
Hace rato que no como
acelga con ajo rehogada,
hígado saltado con arroz,
o salpicón de lo que sobraba,
pero nunca abandonaré,
aquella comida deseada;
una buena milanesa
acompañada con ensalada.
Los años nos piden control
de frituras y carbohidratos.
Nos amenaza el colesterol,
los glúcidos y el sobrepeso,
triste penitencia la dieta
para el epicúreo confeso.
Benditos eran los días
donde no era pecado
sentirse como antojado
y comerse una milanesa.
No te miento si te cuento
que la otra anoche te soñé
con dos huevos a caballo
en un campo de papafritas.
Pero finalmente desperté
por la cruel realidad rodeado
entre berenjenas y zapallos
y esa sopa de verduritas.
Frita eras un lujo,
y no te digo con puré.
Cuantas veces te saboreé
hasta untada con mostaza
pero yo siempre te querré
sin ninguna pretensión
vos solita y con limón
sin ningún otra sarasa.
Siempre fuiste minuta
y no te importó ser gourmet
no entraste en la disputa
de las mesas delicadas,
vos sos más del hule
con flores coloreadas,
que de manteles negros
y servilletas impolutas.
Al plato o entre panes,
para la mesa o para llevar.
En cuadraditos para picar,
no hay problema con ella
siempre lista al paladar
ya sea fría o caliente,
en opinión de la gente:
la comida más popular!
Horacio Licera